SANTO DOMINGO, REP. DOM.- Los departamentos de relaciones publicas de interpretes del genero amargue, estan entregados en dar a conocer, lo que hacen sus representados, tanto en el pais y el extranjero, para que la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) y sus honorables miembros, “lo tomen en cuentan en los diversos renglones, que componen el amargue”.
Si observamos las páginas WEB y los diarios dominicanos, nos podemos dar cuenta, de tal acción. Por ejemplo, El Chaval, quien desde hace unas cuantas semanas, viene apareciendo, interdiario, en la prensa escrita y muchas páginas en la Internet, lo que “evidencia”, que tiene un buen equipo de estrategas, con fuertes poder en las paginas de espectáculos del país, anda detrás de las prensas, del mes de marzo del 2009.
Su presencia activa en los periódicos, principalmente en las paginas de espectáculos, deja claro, que todo sus pasos, están fríamente calculados, para no fallar, “y crear la atmósfera, en la opinión publica, de que realmente “se lo merecía”.
Igual sucede, con Frank Reyes, quien demuestra no quedarse atrás, en este aspecto, aunque con desventajas ante su homologo, en cuanto al manejo de medios y espacios, pero se siente su trabajo, en las calles y las emisoras. Para, muchos, que llevan anotaciones, Reyes y El Chaval, se mantuvieron en buen lugar en la Revista Billboard, por varias semanas, con sus composiciones.
Reyes, con un posicionamiento sólido, ante muchos jóvenes del amargue, y con un trabajo fuerte, tanto local como internacional, no se queda atrás. Del otro lado, Anthony Santos, quien antes, no creía en este tipo de trabajo, desde hace par de años, se ha “vuelto loco con el figureo, y con la amenización de bailes en diversos predios”.
Es decir, que estos tres bachateros, están muy activos en sus departamentos de prensa, que destacan cada cosa que realizan. Contrario a Joe Veras y Zacarías Ferreira, que al parecer, carecen del mismo, y se muestran rezagados.
Tanto Santos, Reyes y El Chaval, se han adueñado de las páginas en la RED y en la prensa escrita dominicana, y algunos “atinan a decir”, que andan tras El Casandra.