Frank Reyes es el fiel ejempo del hombre humilde que llega a la capital en busca del sustento de los suyos y por un azar encuentra el camino de la fortuna.
Desde su llegada al ambiente musical, El Príncipe, como también se le conoce, se agenció un espacio entre los principales cultores de la bachata.
Fue responsable de cambiar el estilo de vestir de los bachateros de entonces, haciendo honor al mote de “El Príncipe”.
El intérprete de “Amor desperdiciado” se muestra sincero al hablar de los logros obtenidos a través de once años de carrera, mas se resiste a hablar del aspecto económico.