Vinculan masacre al narcotráfico

Miembros de la Policía y de la DNCD están dedicados desde ayer en cuerpo y alma para determinar los autores y los móviles de la masacre de Ojo de Agua, en Baní, donde siete personas de distintas nacionalidades fueron raptadas, amarradas y muertas con disparos de armas largas. Los cadáveres fueron dejados en una finca sembrada de caña.

Las autoridades han dicho que no descartan ninguna hipótesis en la indagatoria, pero la mayor sospecha recae sobre la posibilidad de que se trate de un crimen vinculado al narcotráfico, un ajuste de cuentas. Los hombres fueron raptados el lunes en la noche y asesinados en la madrugada del martes.

OJO DE AGUA, BANÍ. La Policía ocupó anoche en allanamientos en el distrito municipal Las Catalinas, en Baní, tres pistolas, tres yipetas y dos radios de comunicaciones, en el curso de las investigaciones para esclarecer la ejecución a tiros de siete hombres, seis de ellos extranjeros, entre la noche del lunes y la madrugada del martes, cuando fueron hallados sus cadáveres dentro de unos cañaverales de Ojo de Agua, de esa comunidad sureña.

Una fuente policial informó a HOY que durante los operativos fueron apresadas siete personas, entre ellas varias mujeres que son interrogadas, a fin de obtener indicios que conduzcan a los ejecutores de la tragedia.

La fuente dijo además, que los cadáveres fueron trasladados a la morgue regional del Instituto de Patología de Azua. Anoche se informó que las autopsias revelaron que en la mayoría de los cadáveres se observaron heridas en el tórax, el cuello y el cráneo.

De los extranjeros muerto, anoche sólo había sido identificado el colombiano Jesús David Ríos Hans, de 28 años, en cuya ropa se encontró una licencia de conducir de su país. En tanto, hay un sobreviviente, el nicaraguense Holy Gómez Alfáez, quien fue intervenido en la tarde de ayer en el Hospital Francisco Moscoso Puello por heridas de fusil en el abdomen y en el brazo derecho. LEER MAS.