
Hace unos siete meses, La Reina del Pop invirtió cerca de 12 millones de libras (unos 22 millones de dólares) en la construcción de un gimnasio en su casa de Londres, pero ahora se ha tenido que mudar a otro sitio para hacer ejercicio, informó el sitio mirror.co.uk.
Y es que la cantante no soportó más el ruido, las miradas lascivas, los comentarios y los aullidos de lobo de algunos albañiles que trabajaban cerca de su casa.
Madonna, que emplea tres horas al día en su rutina de ejercicio, se hartó de los comentarios sórdidos hacia ella, y aunque intentó evadirlos escuchando música a todo volumen, finalmente prefirió marcharse al gimnasio de su entrenador personal en St. John's Wood.
La Chica Material quería estar en forma para su gira mundial Sticky and Sweet que inició el sábado pasado. El periplo artístico de la cantante la llevará por importantes escenarios en los que espera una buena respuesta por parte del público.